El gran día había llegado finalmente. A las 11:00 de la mañana, el silbato sonó fuerte y se quitó la pasarela que unía al barco con el muelle. Una gran cantidad de personas, desde la más ricas e influyentes de aquella época hasta los inmigrantes más pobres, la usaron y atravesaron, así como el mismo portalón de embarque, dejando atrás tantos países de origen, para comenzar una nueva vida en América. Al poco tiempo, la embarcación majestuosa encendió los motores, lista para comenzar con el viaje inaugural. Eran las 12:00 en punto del mediodía del 10 de abril de 1912 cuando el Titanic soltaba las amarras del muelle número 44 de la White Star Line en el puerto inglés de Southampton. Una multitud se había conglomerado para atender un evento de tanta magnitud. Al sentir que el gran barco comenzó a moverse lentamente, muchos pasajeros se aproximaron a las barandas de las varias cubiertas, saludando felices y conmovidos a las personas que quedaron en el muelle despidiéndolos con pañuelos, haciendo la partida muy emotiva. Una variedad de emociones invadió a todos los presentes..
